16/06/2025 - Edición Nº172

Nacional

ECONOMÍA

La inflación bajó, pero la heladera sigue vacía: 2,8% en abril y una pobreza que no afloja

21/05/2025 11:06 | El Gobierno celebra la desaceleración inflacionaria como un logro de su programa económico. Sin embargo, la canasta básica no deja de subir y más familias caen bajo la línea de pobreza. Comer bien se volvió un privilegio.


por 7Ma Medios


Mientras el oficialismo festeja que la inflación de abril fue del 2,8%, lo cierto es que para buena parte de la población el dato suena lejano, casi ajeno. Con un acumulado interanual del 47,3%, el número informado por el Indec refleja una baja respecto al 3,7% de marzo y se presenta como una señal positiva tras la eliminación del cepo cambiario y la nueva flotación del dólar. Pero en los hogares, especialmente en los de menores ingresos, el alivio todavía no llega.

La inflación baja, pero el hambre no. Según el mismo Indec, una familia tipo necesita $1.110.063 mensuales para no ser considerada pobre. Y el rubro de Alimentos y bebidas no alcohólicas, el más sensible y el que más pesa en los sectores vulnerables, volvió a subir un 2,9%. Carnes, lácteos, panificados y huevos fueron los principales impulsores del alza.

 

Números en orden, vidas en desequilibrio

 

Desde el Gobierno nacional destacan que se cumple un año de desaceleración interanual consecutiva y que la inflación núcleo —que excluye precios regulados y estacionales— se mantiene estable. Para el presidente Javier Milei, este resultado es mérito de la "disciplina fiscal, emisión cero y tipo de cambio libre".

Sin embargo, la estabilidad en los índices no se traduce en estabilidad en la mesa de los argentinos. Según el último dato de pobreza del propio Indec, más del 41% de la población no logra cubrir la canasta básica total, y todo indica que esa cifra podría aumentar. Los salarios siguen por detrás, y las jubilaciones mínimas no alcanzan siquiera para la canasta alimentaria individual.

 

El supermercado, la nueva zona de conflicto

 

Consultoras privadas también alertaron sobre aumentos puntuales preocupantes: Analytica registró subas del 7,9% en verduras y 3,2% en carnes, mientras que LCG detectó un alza del 4,5% en bebidas e infusiones para el hogar. Aunque algunas frutas y lácteos bajaron, los precios presentan una enorme dispersión, y la sensación generalizada es que cada vez se puede comprar menos con lo mismo.

En este contexto, se consolida un fenómeno peligroso: las cifras macro mejoran mientras la calidad de vida empeora. La inflación baja, pero a costa de una recesión que impacta de lleno en el consumo, el empleo y la producción. Comer saludable, o simplemente comer suficiente, se volvió un desafío para millones de personas.

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