“Esto fue un reality”: la jueza Makintach rompió el silencio y se negó a apartarse

La vigésima audiencia del juicio por la muerte de Diego Maradona comenzó este martes bajo un clima cargado de tensión. En el centro del escándalo: la jueza Julieta Makintach, acusada de grabar un supuesto documental en plena causa judicial sin autorización. La Fiscalía ya pidió su recusación.

“Yo no me voy a apartar, no voy a dar lugar a la nulidad de este debate porque no lo merece”, lanzó la magistrada en su descargo, minutos después de tomar la palabra frente a un salón colmado. Calificó lo sucedido como parte de “una gran operación mediática” en su contra y aseguró que no hay motivos para dudar de su imparcialidad.

Las imágenes que encendieron la polémica fueron difundidas el fin de semana. Se trata de material audiovisual de alta calidad que demostraría que Makintach participó en la grabación de un documental sobre el juicio, titulado “Justicia Divina”, dentro del Tribunal Oral en lo Criminal N.º 3 de San Isidro.

En su defensa, la jueza reconoció que habló ante una cámara, pero afirmó que se trató de “una entrevista íntima” con una amiga de su infancia, grabada un domingo a la tarde. “¿Eso le da el mote de prohibido, oculto, ilícito?”, preguntó al auditorio.

Makintach remarcó que no pidió permiso para ingresar al tribunal ese día, pero justificó su presencia: “Solo quise acercar la Justicia a la sociedad”. Agregó que aún no tomó ninguna decisión respecto al juicio y que su “conciencia sigue esperando pruebas”.

El caso ya motivó la apertura de una causa penal paralela, a cargo de los fiscales Carolina Asprella, Cecilia Chaieb y José Amallo. Se investiga a cuatro personas que habrían estado en las audiencias con fines de grabación, tres de ellas ya identificadas.

En un intento por despegarse del escándalo, los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso se desmarcaron públicamente. Pero el fiscal Patricio Ferrari fue más duro: “Esto fue un reality, señores jueces. Makintach ofició de actriz, no de jueza”.

El juicio, que busca establecer responsabilidades por la muerte del ídolo máximo del fútbol argentino, quedó ahora atravesado por una nueva polémica. Y la sombra de la desconfianza crece sobre el estrado.